“Desde el 18 del presente mes, se está celebrando en la República Dominicana, el Día del Locutor. A ellos, va dedicada esta crónica”.
New York, New York, abril 24 – 2021 – En una época un poco lejana, me refiero a la década del 1930, para ser “locutor” en la República Dominicana, solo se necesitaba, un micrófono y una guagüita anunciadora.
Para entonces, guardada las proporciones, el país estaba “lleno” de radiodifusoras y a las gentes del micrófono, les llamaban anunciadores.
El lunes 18 de abril del 1938, todo eso cambió.
Para dar cumplimiento a la reciente ley que regulaba las comunicaciones, decretada por el gobierno de turno, el lunes 18 de abril, cientos de anunciadores, muchos de ellos propietarios de emisoras radiales, acudieron a tomar los exámenes requeridos por la ley, para acreditarlos como locutores profesionales.
De modo que cientos de aspirantes al carnet de locutor, se dieron cita a los salones de la estación oficial HIX, de la capital, donde el jurado examinador estaba compuesto por Pupo Cordero Puello, quien era propietario de una emisora, Guarionex Saladín y el Br. Vallejo, de acuerdo al rotativo Listín Diario.
Dichos exámenes estuvieron supervisados por los señores Manuel Emilio Nanita, Superintendente General de Comunicaciones y J. Román Saladín, Director de Radio y Comunicaciones.
Los mismos consistían en tomar un libro cualquiera y abrirlo al azar para que el aspirante leyera frente a un micrófono.
“De esta manera podía conocerse quienes en realidad merecían ser aceptados, porque con eso se evitaba el rutinarismo de los anuncios aprendidos de memoria”, informa el matutino capitaleño, el 20 de abril de dicho año.
De los cientos de asistentes, solo cuarenta lograron lo aspirado, mientra que los que fallaron, tuvieron que ganar su existencia en otra forma, pues la violación a la ley acarreaba serios problemas.
Frank Hatton, uno de los nuevos graduados, era el propietario de la radiodifusora HIZ, la emisora más antigua del país y el señor Expedito “Expedy” Pou, dueño de la estación La Voz de la Reelección, de Santiago, y quien acuñó la legendaria frase de la época “Ramfis, promesa fecunda”.
Por su parte, el popular Pupo Cordero, era el propietario de la HIG, de la avenida Mella, en la capital, que luego se convirtió en Radio Popular.
Muchos se convirtieron en los mejores de su clase, como fue el caso de Julio César “Bubito” Félix” y Héctor J. Díaz, dos de los grandes del micrófono en el país, y Fidencio Garris, Julio C. Linval y Pedro Julio Santana, periodistas emblemáticos de las páginas deportivas.
De los nuevos profesionales, 24 lograron cien puntos, cinco, 90; seis 80 y cinco 70 puntos
Con 100 puntos:
Vinicio Saladín, Carlos Vallejo de la Concha, Frank Hatton, Rafael Pellerano, Alonso Alonzo, Belisario A. Cordero, Armando Goico, Milagros Gómez de Cuervo, José Granados Grullón, Puro Benítez, Julio O. García Alardo, Georgina Miniño de García, Expedy Pou, Fidencio Garris, Raúl Betances Ricart, Clementina Henríquez, Miguel Zaglul, Luis E. Smith, Julio C. Linval, Fausto Donastorg, Raúl Henríquez, Armando A. Reyes, Vianito Portuondo y Enrique Santamaría.
Con 90 puntos:
Pedro Julio Santana, Generoso Sarnelli, José A. Braga, Porfirio A. Vázquez y Homero Hoepelman.
Con 80 puntos:
Juan José Bravo, Horacio Pérez, Ernesto Sixto Barbosa, Julio César “Bubito” Félix, Carlos Andreoni y Bienvenido Saladín.
Con 70 puntos:
Héctor J. Díaz, Rafael C. Senior, Baudilio Pelletier, Julio Martínez Espinal y Rafael E. Tavárez Labrador, mejor conocido como, “Don Paco Escribano”.
Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.