Aunque los números fríos podrían indicar otra cosa, el talento parece estar del lado dominicano en esta nueva edición del clásico caribeño de baloncesto, pero con una connotación especial: será en el inicio de la segunda ronda de la Copa Mundial que se celebra en Filipinas, Japón e Indonesia.
Los boricuas, que ocuparon el segundo lugar en el grupo B con marca dos victorias y una derrota, dominan a los criollos en departamentos como puntos por partido (95-83), porcentaje de lances de tres puntos (41%-29%), así como en los rebotes por encuentro (43-40). Pero hay que recordar que Puerto Rico enfrentó una oposición más benigna de los equipos descartados en la primera ronda (Sudán del Sur y China) que la que se opuso a Dominicana (Filipinas y Angola).
Y a pesar de una buena dirección técnica en las manos de Nelson Colón, se antoja que en este enfrentamiento los dominicanos tienen cierto favoritismo con relación a sus eternos rivales.
Los boricuas contaron con seis jugadores en cifas dobles en anotación en la primera fase por lo que la defensa dominicana tendrá mucho trabajo, amén de ser uno de los aspectos del juego en el cual hace más hincapié el entrenador argentino del equipo dominicana, Néstor -Che- García.
El eje del ataque boricua es el armador Tremont Waters, con promedios de 16.7 puntos y 8.7 asistencias, los hombres altos George Conditt IV (10.7 tantos, 9.7 rebotes) e Ismael Romero (14 puntos, 8 rebotes) son los encargados del trabajo cerca de los aros.
El tirador Stephen Thompson Jr. promedia 13.7 puntos con un 53 por ciento en los lances de tres puntos, el delantero rápido Isaiah Piñeiro aporta otras 11 unidades por salida y el armador Jordan Howard agregó 11.7 tantos por desafío.
Se prevee que la ofensiva utilice mucho el pick and roll para aprovechar la velocidad de los guards en las penetraciones mientras los jugadores de la parte trasera intentarán sacar faltas a Karl-Anthony Towns, quien tratará de contrarrestar en el costado ofensivo con sus lances de distancia y corridas hacia el aro.
Un aspecto que, de manera extraña, estuvo por debajo para los boricuas fue el porcentaje de lances libres con apenas un 68.8 por ciento por un 73.8 por ciento de los dominicanos.
El dominio de los rebotes será fundamental, la defensa perimetral, así como el control del balón para ambas selecciones.
Diferencia.
La presencia de Towns inclina la balanza, siempre que se mantenga alejado de las faltas.
Conocimiento.
El capitán Víctor Liz, que juega como nativo en el BSN, conoce a la mayoría de los boricuas.
Estabilidad.
Es la brindada por el armador Andrés Feliz y su combinación con Jean Montero.
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