Realmente, los primeros dos meses de la temporada regular se vieron suficientes cosas bonachonas (buenas) en los Mets de Nueva York.
Pero, ahora estamos observando, contemplando aptitudes totalmente distintos, osea la otra cara de la moneda.
La racha actual de los Mets con un récord de 1-9 se debe en gran medida a las dificultades del pitcheo abridor, que a menudo ha dejado al equipo en serios problemas al principio de los partidos.
Claro, dejando a un lado el gran debut anoche con este equipo del dominicano Frankie Montás, quien lanzó cinco entradas en blanco en Citi Field, frente a los Bravos de Atlanta, sin embargo el relevo opacó esa primera presentación de Montás con el uniforme de los Mets.
Pero, a pesar de los pesares, hay que ser realista que el conjunto de los Mets sigue siendo uno de los mejores.
Pero últimamente, las dificultades de la ofensiva, específicamente las de los últimos cuatro puestos de la alineación, han cobrado protagonismo.
Si bien los Mets están obteniendo una producción de alta a élite de los primeros cinco puestos del orden al bate (generalmente una combinación de Francisco Lindor, Brandon Nimmo, Juan Soto, Pete Alonso y Jeff McNeil), los puestos del sexto al noveno
Ronny Mauricio (60 OPS+), Jared Young (71 OPS+), Tyrone Taylor (78 OPS+), Luis Torrens (80 OPS+) y Brett Baty (90 OPS+) han dejado mucho que desear, lo que quizás influya en cómo los Mets abordarán la situación en la fecha límite de cambios en poco más de un mes.
Pero cada vez que pasas por una racha, te obliga a evaluar al equipo.
Si bien los cinco jugadores mencionados anteriormente están pasando por un momento difícil, es probable que Mauricio sea relegado a Triple-A Syracuse cuando Mark Vientos regrese, posiblemente este jueves o viernes.