El TD Garden vivió esta madrugada uno de esos partidos que son historia en sí mismos. Tras una segunda parte majestuosa, los Celtics lograron derrotar a los Spurs por 143-140 en un choque que nadie habría creído que podía ganar cuando, aún en el segundo cuarto, perdían por 32 puntos de diferencia. “Yo me habría ido al descanso” afirmó Brad Stevens. Y con razón.
33-65 era el resultado que marcaba el electrónico cuando quedaban unos tres minutos para el descanso. Los Spurs, comandados por Dejounte Murray y DeMar DeRozan, campaban a sus anchas por la pista, y todo apuntaba a que los texanos iban a poder permitirse una segunda mitad de lo más plácida. Pero había un hombre que no lo veía así. Y eso fue suficiente.
A la altura de Bird
Con 60 puntos, Jayson Tatum comandó a los suyos a la hora de darle la vuelta a un encuentro en el que solo él parecía tener fe. El alero ya había sido el único de los suyos en dar la cara en la primera parte, en la que anotó 24 puntos (exactamente la mitad de los 48 de Boston), pero en la segunda fue incluso más allá y, ya apoyado por sus compañeros, logró poco a poco ir reduciendo la diferencia y convertir el milagro en realidad. Los Celtics se colocaron a solo 13 de distancia al final del tercer cuarto, empataron el partido a falta de 5 minutos, e incluso tomaron la delantera cuando solo quedaban 38 segundos para el final, pero dos tiros libres convertidos por DeRozan enviaron el partido a la prórroga.
En esta, Tatum no bajó ni mucho menos su ritmo anotador, y de hecho logró resarcirse del lanzamiento sobre la bocina que había fallado unos segundos antes. Si en la segunda mitad había sumado 26 tantos para llegar a los 50, en el tiempo extra redondearía la hazaña con otros 10, alcanzando así los 60 y dominando también de forma incontestable los 5 minutos añadidos. Penetraciones a canasta, juego de espaldas al aro, tiro exterior… El alero sumó constantemente de todas las formas posibles, firmando así una exhibición que le coloca en lo más alto del olimpo verde.
Y es que los 60 puntos no solo hicieron a Jayson ser el héroe de la noche, sino que le permiten empatar con Larry Bird como el jugador que más ha anotado en un partido con la camiseta de Boston. Bird alcanzó dicha marca en marzo de 1985 en Atlanta en un encuentro con una curiosa anécdota, estableciendo un récord de la franquicia que había mantenido en solitario durante 36 años hasta que Tatum ha llegado para mirarle a los ojos.
Remontada para la posteridad
Con todo, no solo Tatum hizo historia con su actuación. Los 32 puntos de diferencia a los que dieron la vuelta los Celtics son también un hito en la liga, pues no se veía algo similar desde que en 2009 los Kings lograran ganar a los Bulls un partido que perdían por 35. Además, la última vez que un equipo ganó un choque que perdía por 29 o más al descanso tuvo lugar en 1996, cuando los Jazz, tras irse 34 tantos abajo a vestuarios ante los Nuggets, dieron la vuelta el duelo en la segunda parte.