Ahora que está de regreso en la alineación de los Detroit Tigers, el venezolano Miguel Cabrera espera mantenerse sano el resto de la temporada y alcanzar cuanto antes la ilustre meta de convertirse en el séptimo jugador de Grandes Ligas con tres mil hits y 500 jonrones.
Durante una entrevista en español el miércoles, Cabrera admitió sin tapujo que siete una gran motivación por estar tan cerca de unirse a un club tan selecto como el que forman Hank Aaron, Willie Mays, Rafael Palmeiro, Eddie Murray, Alex Rodríguez y Albert Pujols.
«Últimamente sí ha estado más en mi mente por tanto que me lo repiten mis amigos, mis familiares y aquí mismo en el equipo», dijo Cabrera, quien llegó al partido del miércoles contra los Chicago White Sox con 2,872 hits y 489 cuadrangulares en una carrera de 19 años que comenzó en el 2003 con los Miami Marlins.
«Y se me ha quedado un poquito. Ha sido como una distracción para mí, pero al mismo tiempo es una motivación. Algo que me llena de orgullo y que me hace seguir trabajando fuerte y que siga tomando el rumbo para llegar a esos 500 jonrones y 3 mil hits», agregó Cabrera.
Con su próximo imparable empatará con el legendario Babe Ruth en el puesto número 45 del liderato histórico. Un doble (#583 de su carrera) le convertiría en el octavo jugador de Detroit con 400. Además, con cuatro jonrones igualará a Lou Gehrig y Fred McGriff (493) en el lugar 28 de la historia.
«Estoy agradecido por haber jugado tanto tiempo en las Grandes Ligas y estar en esta posición de (que cada vez que pegó un batazo) estar pasando a algún jugador importante del béisbol profesional de Estados Unidos», manifestó Cabrera.
De 38 años, Cabrera regresó al terreno durante el fin de semana tras una estadía de dos semanas en la lista de lesionados por una molestia en el bíceps derecho, que pudo afectar su producción en el inicio de la temporada. En 10 partidos, Cabrera, un bateador de .313 en su carrera, apenas ha logrado seis hits en 35 turnos (.171) con dos jonrones y cinco carreras impulsadas.
«Bien, todo está marchando bien, gracias a Dios. Haciendo terapia y ejercicios para fortalecer ese brazo y esperando poder estar sano durante el resto de la temporada», añadió Cabrera, quien solo pudo agotar 500 turnos al bate en una de las seis temporadas anteriores por diversas molestias físicas.
«El trabajo que estoy haciendo me ha ayudado mucho para mejorar el swing, afinarlo, y ver las cosas malas que estaba haciendo y la razón por la que el brazo siempre se me aprieta cuando llego al punto final del swing», sentenció.
Enrique Rojas / ESPNDeportes.com