Podía pasar. Los Celtics parecían haber estado jugando a medio gas durante los playoffs –no les estaba haciendo falta más– y anoche, en el Game 1 de las Finales de la NBA ante Dallas, demostraron que tenían una marcha extra para doblegar sin problema alguno a los de Texas por 107-89.
Fue un partido casi perfecto de Boston. Tras unos primeros minutos igualados, cerraron el primer cuarto con un parcial de 23-5 y en el segundo periodo llegaron a ganar por hasta 29 puntos. Estaba siendo una paliza. Mientras en los locales brillaban todos, incluido un Kristaps Porzingis espectacular en su regreso tras varias semanas parado, por parte de los de Texas Luka Doncic vivía en soledad… y con problemas, ya que la defensa de los Celtics no se relajó en momento alguno.
Kristaps Porzingis en 20 minutos 🦄🇱🇻
20 puntos
6 rebotes
3 tapones
61.5% TC#NBAFinals pic.twitter.com/eGZYHLLO4v— NBASpain (@NBAspain) June 7, 2024
Pese a que el choque parecía decidido, hubo un pequeño soplo de esperanza para los Mavericks. Boston, fiel a su estilo, también tuvo una serie de minutos en el tercer periodo en los que desconectó. Tal periodo coincidió con la mejor versión de Doncic para que los de Jason Kidd se pusiesen sólo ocho abajo. Fue un espejismo. Un parcial de 14-0 para los locales finiquitó la noche y el primer punto de las NBA Finals.
Preguntándonos qué pasó anoche para que los Celtics fuesen tan superiores, lo cierto es que no se podría entender sin la explosiva aparición de Porzingis. Su impacto fue increíble. Nada más saltar a la cancha empezó a machacar la defensa de los Mavs mientras que cerraba el aro propio a cal y canto. Sí, Dallas había vivido atacando sobre el aro contra OKC y Minnesota, pero esa fórmula saltó por los aires ante un letón que cerró su actuación con 20 puntos, 6 rebotes y 3 tapones en tan solo 21 minutos.
Memorable
Jaylen Brown y la mejor jugada del Game 1#NBAFinals pic.twitter.com/kIUalgnWnn
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Siguiendo con las explicaciones, y siendo esta la más simple de todas, Boston es mejor. Sí, se puede defender que Dallas tiene al mejor jugador de las Finales en un Luka Doncic que consiguió 30 puntos y 10 rebotes, pero el hecho de que lograse una sola asistencia dice muchos de como le apretaron y, por supuesto, del poco acompañamiento que tuvo. Kyrie Irving, quien debería estar a su lado, se quedó en solo 12 puntos con un doloroso 6 de 19 en tiros de campo…
Un quinteto infalible
Mientras los Mavericks parecen vivir de esperar a ver si sus piezas secundarias funcionan, los Celtics se mueven como un reloj suizo. Jayson Tatum no se precipitó en momento alguno y dejó que el partido llegase a él para cerrar su actuación con 16 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias, Jaylen Brown hizo de todo para terminar con 22 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias, 3 robos y 3 tapones. Por último, Derrick White, Jrue Holiday y Al Horford estuvieron en dobles dígitos de anotación. Si este va a ser el rendimiento estándar de los verdes –anoche blancos–, crudo se vislumbra el futuro para los Mavs.
Pese a la satisfacción por el triunfo, Tatum recuerda que hace dos años también empezaron ganando y no les sirvió de nada, por lo que es momento de centrarse en seguir en la misma línea. «Volver a este punto y comenzar de esta manera es realmente muy importante, pero hace dos años ganamos el primer partido y sabemos el resultado que tuvo esa serie. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer», avisa.
Atasco en el ataque de los Mavs
Que Dallas tiene margen de mejora es obvio. Podríamos empezar hablando de triple, ya que se quedaron en un 25,7 por ciento en el lanzamiento, pero mucho más llama la atención que sólo fuesen capaces de dar cinco asistencias en los tres primeros cuartos… Sí, la defensa de Boston les bloqueó por completo para convertirse en el primer equipo que sufre un frenazo así en las tres últimas temporadas. Jason Kidd lo tenía claro tras el partido. «Tenemos que mover el balón. La pelota se quedó atascada demasiadas veces», sentencia.