NUEVA YORK.- Entre lágrimas y compungidos de familiares y amigos, las cenizas de los restos del ex campeón del mundo y miembro del Salón de la Fama del Deporte Dominicano, Juan Guzmán, fueron veladas este viernes 21 de Mayo, en la funeraria Unity Chapels, en Manhattan, de 4:00 a 6:00 P.M.
Recientemente, Guzmán, quien se convirtió en el segundo boxeador dominicano en conquistar una faja mundial para su país en 1976, tras derrotar en 15 asaltos al panameño Jaime –El Cieguito- Río, en pelea celebrada en el Palacio de los Deportes en Santo Domingo, avalada por la AMB, fue encontrado muerto en su apartamento en Manhattan, tres días después de su sufrir un infarto.
El cadáver necesariamente tuvo que ser cremado, porque al momento de ser descubierto ya estaba en condiciones descompuesto. Desde varios años Guzmán tenía implantado un marcapasos por problemas cardíaco y vivía solo en su apartamento desde que murió su compañera hace dos años.
Al velatorio realizado de 4:00 a 6:00 P.M. se dieron cita tanto sus seres queridos, entre ellos sus hijos Damián, Clara Luz y Juan Jr., como amigos, quienes colocaron coronas florales y fotografías de quien consideran un héroe que nunca olvidó sus raíces.
En el velorio público se recordó a Guzmán, haciendo relatos o anécdotas como era él.
La presentación la hicieron sus hijos, Damián, Clara Luz y Juan Jr., quienes angustiados, entre lágrimas dieron las gracias a los asistentes, a la Federación Dominicana de Boxeo, que a través de ese organismo se canalizó con el Ministerio de Deportes y el Consulado Dominicano en Nueva York, los fondos para cubrir los gastos funerales aquí y en República Dominicana.
José Ortiz, presidente de la Unión Deportiva Dominicana en New York, tuvo un breve discurso, en donde resaltó los valores humanos y deportivos de Juan Guzmán.
El deportista consideró que con la partida de Juan Guzmán, también se va algo del deporte en Nueva York y la República Dominicana, porque fue un ejemplo, pero quedará su legado.
Manolo Prince, otro inmortal del Deporte Dominicano, la estrella del baloncesto dominicano, quien desempeña la dirección de deportes del Consulado Dominicano en Nueva York, representó al cónsul Elio Jáquez.
Prince, dijo que siempre admiró a Juan Guzmán por su sencillez que lo caracterizó, un don único y muy difícil de igualar entre deportistas del mundo del boxeo. Le dio la condolencia a la familia a nombre del cónsul Jáquez.
«Siempre le echó ganas a todo lo que hizo, tanto en lo personal como en el deporte que practicó», dijo el exbasquetbolista.
Lo recordó como una buena persona que siempre estuvo dispuesto a escuchar y a mostrarse tal como era, con amplia sinceridad y palabras de motivación con quienes se acercaban.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando intervino el destacado analista y escritor de boxeo, Calín Peralta, un amigo de Juan Guzmán por décadas de años.
Entre sollozos y lágrimas, Peralta contó por espacio de siete minutos, quien fue Juan Guzmán.
Desde sus habilidades boxísticas, conquistar la faja en 1976 y luego perderla a los tres meses de ganarla, y el motivo de esa derrota.
Mientras, Calín más profundizaba en su resumen, los brotes de lágrimas y compungidos, eran mayores, por la compasión y pena que sentía por la muerte de su amigo Juan Guzmán.
Otro que habló fue José –El Chino- Vélez, ex destacado boxeador, un aventajado ex alumno de Juan Guzmán, quien lo recordó lleno de tristeza.
También hubo una ceremonia religiosa, con la celebración de una misa, a cargo de un pastor.
Al momento de su muerte, tenía 69 años de edad, y en agosto cumpliría 70. Desde pequeño se involucró en el deporte de las narices chatas, incursionando en el boxeo, y debutando profesionalmente en 1973 en el Coliseo Kid 22-22 en la ciudad de Moca.
El momento cumbre de su carrera lo obtuvo durante la conquista de la faja mundial de las 108 libras, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB), y luego su exaltación al Pabellón de los Inmortales del Deportes Dominicano (Salón de la Fama) en 1995.
Se informó que este sábado 22 las cenizas del cadáver de Juan Guzmán, llegarán por el aeropuerto Cibao, y serán recibidas por un grupo de boxeadores, exboxeadores y deportistas en general, así también por autoridades.
Luego serán trasladas a una funeraria, más tarde a la capilla del ensanche Bolívar, donde se escuchará una misa de cuerpo presente y después cristiana sepultura en el cementerio municipal de la calle 30 de marzo.