YANKEE STADIUM, Bronx, NY.- Luego de haber permanecido más de nueve años con la organización de los Yankees de Nueva York el jugador de cuadro Tyler Wade afirma que el volver al Bronx le envuelve en un sentimiento de nostalgia, ya que tiene la oportunidad de reencontrarse con amistades con las que compartió por tantos años.
“Casie se siente como una reunión familiar, tengo amigos ahí (Los Yankees) que he conocido por más de nueve años”, declaró, “El poder verlos a ellos, saludar a todo el mundo ha sido especial”.
El cambio de equipo le brinda al también jardinero una oportunidad para experimental un cambio de ambiente luego de haber permanecido por tanto tiempo con una misma organización. Además, le permite regresar a su casa, el nativo de Murrieta California se mostró feliz de poder estar más cerca de sus padres y su hermano menor que en años anteriores no podian estar presente en sus partidos de manera frecuente, ya que el viaje de California a Nueva York es largo y tedioso y ellos también tienen responsabilidades que atender.
“A mi familia no le era posible venir a Nueva York muy frecuente, porque es un largo viaje, y mis padres están trabajando y tengo un hermano menor también. Ahora ellos pueden verme jugar cada vez que quieren.” confesó.
El tener a su familia tan cerca y con la opción de poder asistir a sus partidos cada vez que gusten le hace recordar en los tiempos cuando era pequeño y contaba con la asistencia de sus familiares en los partidos. Lo que le hace sentirse afortunado y bendecido de poder estar viviendo este momento.
“Es como cuando jugaba béisbol de pequeño. Soy muy afortunado y bendecido de poder jugar en mi ciudad natal, y de tener a toda mi familia ahí en cada juego que ellos quieran asistir”, afirmo.
Estar en casa es motivo de alegría, pero encontrarse con un equipo lleno de talento joven y balanceado con veteranos que son líderes en los camerinos que le han acogido como uno de ellos desde que llegó a la escuadra es motivo de satisfacción para el jugador.
“No pude haber pedido un mejor grupo de chicos. Jugando en un equipo con calibre de post temporada, y el clubhouse es increíble ellos me acogieron como uno de los suyos y no puedo estar mas emocionado de estar aqui”, declaro.
Para Wade es una experiencia divertida el poder enfrentarse a su equipo anterior y al mismo tiempo se siente honrado de poder competir contra quienes una vez fueron sus compañeros ya que considera que están entre los mejores talentos de Las Grandes Ligas.
“Jugar en contra de ellos es divertido. Estoy jugando en contra de mis amigos. Hay tantos jugadores en la liga de los que puedes jugar en contra pero es un poquito diferente cuando puedes jugar en contra de chicos como, Miguel Andujar, Aaron Judge, Luis Severino, ellos están haciendo su trabajo, están teniendo éxito y ha sido divertido, es bueno verlos hacer su trabajo y es divertido jugar en contra de ellos”, aclaro.
Para el estadounidense tener entendimiento del idioma español es una meta que trabaja para lograr, ya que desde sus tiempos en los circuitos minoritarios ha estado compartiendo con jugadores que provienen de latinoamérica, tras ser testigo del esfuerzo puesto por sus compañeros para poder aprender inglés, se propuso aprender el idioma y poder llegar a un punto medio en la comunicación.
“Puedo entender más de lo que hablo, pero trato de escuchar cuando las personas hablan y en base a las palabras que entiendo trato de asimilar lo que están diciendo, le doy el crédito a Miguel Andújar y Luis Severino en las ligas menores, ellos siempre estaban aprendiendo inglés y yo me sentía como que tenía que aprender español, porque si ellos estaban tratando de aprender mi idioma yo tenía que tratar de aprender el de ellos, es una calle de doble vía”, aseveró.
Ahora que no tiene que seguir la regla implementada por los Yankees que prohíbe que los jugadores de su organización tengan bellos facial, Wade expresó sentirse agusto con su nuevo cambio de look.
Con la opción de poder tener fácil la tediosa rutina de afeitarse la cara a diario ya no es parte de su itinerario de todos los días, además de no tener una “cara de bebe” como lo llamó el jugador y ahora aparenta más madurez, una de las cosas que no se podía permitir mientras jugaba en El Bronx.